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Día Internacional de la Igualdad Salarial 2020

“Si las mujeres tuvieran igualdad de oportunidades para desarrollar todo su potencial, el mundo no solo sería más justo, sino también más próspero.”

Kristalina Georgieva, Directora General del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El Día Internacional de la Igualdad Salarial, que se celebra por primera vez este 18 de septiembre, reconoce los esfuerzos constantes por conseguir la igualdad de salarios entre hombres y mujeres por un trabajo de igual valor. Nos recuerda que la brecha persiste y que aún tenemos mucho por hacer para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.


Las estimaciones indican que a nivel mundial las mujeres reciben en promedio, 23% menos sueldo que los hombres por la misma actividad.


En México, de acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, durante enero de 2020, los hombres registraron un salario diario mayor que el de las mujeres a nivel nacional, $416.4 frente a $363.5 pesos por día, es decir, una diferencia (brecha) de 14.6 %.


El cambio está ocurriendo, pero no lo suficientemente rápido. Hace falta mucha voluntad para alcanzar la paridad entre hombres y mujeres en materia de salud, educación, trabajo y política. De acuerdo con el Informe Global de la Brecha de Género 2020 cerrar esta diferencia tardará 99.5 años a nivel mundial y alrededor de 59 años en México.


No podemos permitir que este pronóstico nos desmotive; lo que se mide, se puede mejorar. Un punto de partida crítico para abordar las brechas salariales es contar con datos más confiables que nos ayuden a entender con mayor profundidad qué factores ocasionan estas diferencias en contextos y sectores específicos.


Dentro de las recomendaciones más importantes de la Organización Internacional del Trabajo para la reducción de las brechas salariales, están realizar análisis periódicos de la igualdad de las remuneraciones y promover la transparencia de esta información.

En síntesis, para terminar con la brecha de remuneración entre hombres y mujeres, se necesitan más y mejores datos, construidos de manera colaborativa entre gobierno, sociedad y empresas.

A lo largo de mi carrera he sido testigo de que los datos no solo sirven para comprender mejor los problemas públicos, sino también para resolverlos. Parte de mi labor legislativa se ha enfocado a promover iniciativas que nos permitan tener acceso a más y mejores datos.

Estoy convencida que datos desagregados, transparentes y confiables pueden contribuir enormemente a entender mejor la brecha salarial de género y a eliminarla de una vez por todas. Todos deseamos un mundo más justo y más próspero, el empoderamiento económico de las mujeres es clave para lograrlo.



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