La pandemia del COVID-19 no sólo ha impactado el ámbito político, sanitario y económico-social del mundo; sino que también ha llevado la suspensión de actividades en instituciones educativas, dejando sin clases al 91.3% de los estudiantes inscritos en 191 países: de acuerdo con la UNESCO más de mil millones de estudiantes han sido afectados.
En México, el cierre de escuelas fue anunciado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) el 14 de marzo y se esperaba el regreso a clases el próximo 20 de abril mediante una modalidad a distancia con el programa “Aprende en Casa”, el cual tiene como objetivo cumplir con el aprendizaje de los estudiantes a través de transmisiones en Internet, radio y TV. Hoy se anunció que la suspensión de actividades presenciales podría ampliarse en algunos lugares del país en los que no se identifiquen casos de coronavirus, al 17 de mayo y para el 31 de mayo en donde haya más casos de contagio.
Si bien la iniciativa parece prometedora, son muchos los retos a los que se enfrenta la SEP. Lo cierto es que en nuestro país existen muchas realidades que hacen prácticamente imposible contar con una única solución para hacer frente a esta situación. Además hay que considerar el volumen de estudiantes, pues tan sólo en educación básica (preescolar, primaria y secundaria), durante el ciclo escolar 2018 – 2019, se reportaron 198,731 escuelas públicas, con 22,596,818 alumnos inscritos y 1,040,588docentes en aulas.
Desde hace varias décadas, México, al igual que muchos otros países, ha buscado introducir la tecnología en el proceso de enseñanza - aprendizaje. Algunos de estos esfuerzos han incluido iniciativas como: Red Escolar, Enciclomedia, Habilidades Digitales para Todos (HDT), Mi Compu.mx, y el Programa de Inclusión y Alfabetización Digital (PIAD). Estos programas han ido con frecuencia acompañadas de otras iniciativas para incrementar la conectividad en escuelas de educación básica en el país.
Durante la administración pasada, desde la Coordinación de Estrategia Digital Nacional de la oficina de la Presidencia de la República, se llevaron a cabo pilotos con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ONGs, empresas y gobiernos estatales. Las conclusiones de estos pilotos resaltaron que se requería, además de otros factores, de capacitación y acompañamiento intensivo a docentes en el uso y aprovechamiento de la tecnología; pues a pesar de que muchos maestros mostraban interés en usar y aplicar soluciones digitales, estos las emplean, en el mejor de los casos, de forma “pasiva” y “tradicional”. El aprendizaje de los programas anteriores derivó en la creación, por decreto presidencial, de la Coordinación General @prende.mx (CG@), órgano desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que se encargaría del diseño e implementación de la política pública para el desarrollo de habilidades digitales y el pensamiento computacional en educación básica. La estrategia, que sumaba la participación del gobierno, sociedad civil, academia, industria, organismos internacionales, cámaras de telecomunicaciones y tecnologías en México, consideró un ecosistema integral que contemplaba:
desarrollo profesional docente en el uso y aprovechamiento de las TIC;
oferta de Recursos Educativos Digitales en línea;
alianzas estratégicas con diversos actores del sector;
diversos modelos de conectividad y equipamiento; y
mecanismos de monitoreo y evaluación.
Es importante destacar que la política pública de educación digital de México, no esperaba que todas las escuelas estuvieran conectadas o equipadas, pues el uso de la tecnología no sólo pasa dentro de las aulas, sino fuera de ellas, como se puede vivir en estos días de contingencia. Por ello, la CG@ diseñó una plataforma en línea (www.aprende.edu.mx), que está siendo usado con el programa “Aprende en Casa”. Los recursos en la plataforma abarcan diversos temas y se ofertan para diferentes niveles educativos de educación básica. Estos fueron seleccionados, validados y clasificados por la SEP, y alineados al currículum. La Plataforma también contempla una sección de “Canales” enfocados en temas de interés: ciberseguridad, cultura y discapacidad.
Sin embargo, como se mencionó previamente, el uso de esta y otras plataformas -que hoy en día durante la crisis abundan gratuitamente - implica apropiación por parte del personal docente a su práctica pedagógica, y que el personal directivo de las escuelas desarrolle las competencias necesarias para promover su liderazgo en la integración de las TIC en las escuelas y aprovecharlas para su labor de gestión y administración.
Resulta pues, fundamental considerar diversas estrategias para capacitar y acompañar docentes. Algunas de las realizadas durante la administración pasada incluyeron la oferta de cursos para formación en línea; la generación y coordinación comunidades de aprendizaje mediante el uso de redes sociales; y la recopilación de buenas prácticas docentes.
El mundo está viviendo el cambio más transformador de los últimos siglos. La crisis sanitaria ha catalizado el uso masivo de la tecnología como no lo hizo ni la 4° Revolución Industrial. México tiene enfrente un enorme reto y al mismo tiempo una gran oportunidad. El reto está en mitigar el impacto que la brecha digital y los efectos de la pandemia tendrán en grupos vulnerados e históricamente excluidos. La oportunidad está en aprovechar lo construido por la administración pasada para potenciar el uso de la tecnología y transformar la forma que enseñamos y aprendemos.
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