En este tiempo, se han creado nuevas leyes, se han realizado cambios normativos significativos y se han llevado a cabo reformas y modificaciones
Este 30 de abril al participar en esta sesión de clausura de los trabajos legislativos del Senado de la República de México, no puedo evitar sentir un profundo orgullo. Es un privilegio formar parte de un proceso democrático donde se defiende el derecho fundamental de estar y participar, un derecho que no debe ser subestimado ni olvidado, especialmente el derecho de las minorías.
Durante estos 12 periodos ordinarios, hemos sido testigos de la culminación de más de 360 sesiones ordinarias y más de 5 mil horas de debate parlamentario. En este tiempo, se han creado nuevas leyes, se han realizado cambios normativos significativos y se han llevado a cabo reformas y modificaciones tanto a leyes secundarias como a la propia Constitución.
Entre los logros más destacados de esta legislatura, se encuentra el paquete de reformas en materia de Guardia Nacional, la prohibición de los Esfuerzos para Corregir o Cambiar la Orientación Sexual y la Identidad de Género” (ECOSIG) también conocidos como “terapias de conversión”, así como las reformas para alcanzar la tan ansiada paridad de género. Este último punto es un hito histórico y un testimonio del arduo trabajo y la lucha incansable de millones de mexicanas. Además, cabe resaltar el importante diálogo internacional que resultó en las reformas del TMEC, las cuales han fortalecido el marco jurídico de nuestro país y han impulsado la competitividad en la región de Norteamérica.
También debemos destacar la construcción de nuevas leyes y redacciones constitucionales, todo ello con el propósito de cumplir con las expectativas que los mexicanos demandan de nuestro trabajo parlamentario. Esta legislatura será recordada por las reformas en favor de los trabajadores y trabajadoras, en busca de condiciones laborales dignas y un salario justo. Asimismo, se ha trabajado incansablemente para visibilizar el trabajo doméstico de las mujeres y mejorar su acceso a la seguridad social.
Sin embargo debemos reconocer que aún quedan pendientes importantes. En materia de derechos humanos, lamentamos no haber avanzado lo suficiente en temas como el uso medicinal y adulto de la cannabis, la regulación de los vapes, el derecho al aborto libre y seguro, la ciberseguridad, la regulación del uso de hongos psilocibes para salud mental, el derecho a la consulta previa e informada a los pueblos indígenas y afromexianos y el debate sobre la regulación de la Inteligencia Artificial. Asimismo, es urgente abordar cuestiones ambientales como el hidrógeno verde, la regulación de las redes de enmalle, la protección de especies clave y la lucha contra los microplásticos.
Las iniciativas de ley que se han quedado sin aprobar representan oportunidades perdidas para tomar medidas concretas y urgentes para mitigar los impactos del cambio climático.
El planeta está en crisis y no puede ajustarse a los tiempos políticos. No supimos trabajar con la urgencia que se requiere. Estamos en deuda con México y con el planeta. Hago un llamado para que la legislatura que llegue actúe acorde a los tiempos.
La pandemia del COVID-19 nos ha desafiado de maneras inimaginables, pero también nos ha obligado a adaptarnos y mejorar nuestra normativa constitucional para sesiones a distancia. Además, ha resaltado la necesidad de un papel más proactivo por parte del legislativo en tiempos de crisis.
A pesar de los pendientes y los desafíos, confío en que los legisladores y legisladoras del futuro sabrán superar nuestras limitaciones y romper las barreras que nosotros no pudimos. Espero que la próxima legislatura encuentre los consensos, para actuar con la determinación y la responsabilidad que el momento exige.
Nuestro paso por este Senado deja un legado de tareas concluidas que quedarán marcadas en la historia, demostrando nuestro compromiso con el progreso y la justicia social en México.
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