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OpiniónLa Diversidad en el Centro: por una Sociedad Libre de ECOSIG

Más allá de los desfiles y las festividades, el Día del Orgullo es un recordatorio de que aún queda mucho por hacer para lograr la verdadera equidad y justicia.


Cada año, el 28 de junio, el mundo se pinta de colores para celebrar el Día del Orgullo LGBTIQ+. Esta fecha conmemora la valentía y resistencia de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y de otras orientaciones sexuales y géneros diversos.


Más allá de los desfiles y las festividades, el Día del Orgullo es un recordatorio de que aún queda mucho por hacer para lograr la verdadera equidad y justicia para todas las personas que integran la comunidad LGBTIQ+. En el caso de México, una de las acciones necesarias para avanzar en esta dirección es la prohibición de las terapias de conversión, conocidas como ECOSIG (Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género).


Las ECOSIG, comúnmente denominadas “terapias de conversión”, representan una forma de violencia psicológica y física que busca cambiar la orientación sexual o la identidad de género de una persona, basándose en la falsa premisa de que ser LGBTIQ+ es un trastorno o una enfermedad que necesita ser "curada". Estas torturas son una violación de los derechos humanos fundamentales, incluido el derecho a la salud, a la integridad personal y a la no discriminación.


Estas prácticas tienen consecuencias devastadoras para aquellas personas que las sufren. Puede llevar a problemas de salud mental, como depresión, ansiedad, disforia de género y pensamientos suicidas. También fomentan el estigma y la discriminación hacia las personas LGBTQ+, perpetuando el sufrimiento y negando su derecho a vivir de acuerdo con su identidad y orientación sexual.


La diversidad humana debe ser celebrada y atesorada. En un mundo en el que todas las personas somos únicas, es esencial que podamos vivir la vida sin miedo a la discriminación o a ser forzad@s a cambiar quiénes somos. La orientación sexual y la identidad de género son aspectos fundamentales de la identidad de una persona, y negarles su expresión es negarles su humanidad.


Por ello, en el camino hacia la igualdad y el respeto para todas las personas, es fundamental que se prohíban las terapias de conversión en todas sus formas. En 2018 en conjunto con las Senadoras Citlali Hernández y Patricia Mercado suscribimos la iniciativa para prohibir las ECOSIG, esta fue aprobada el 11 de octubre de 2022 y turnada a la Cámara de Diputados. Ahí, el proceso ha sido lento, en abril de 2023 las Comisiones Unidas de Justicia, Salud y Diversidad aprobaron la iniciativa pero aún falta que se vote en el pleno y sea promulgada.

Es urgente prohibir estas prácticas inhumanas para mandar un mensaje claro y contundente: la diversidad sexual es un aspecto fundamental de la condición humana, y no existe nada que necesite ser "curado" o cambiado. Cada persona tiene el derecho innegable de vivir su identidad y orientación sexual de manera auténtica y libre de discriminación.


Cambiar las leyes no es suficiente. Debemos promover la educación y la conciencia en torno a las experiencias de las personas LGBTQ+. Debemos trabajar en conjunto para eliminar los estigmas y prejuicios arraigados en nuestras sociedades, fomentando el respeto y la aceptación en todos los niveles.


No es una acción que deba ejecutarse sólo una vez al mes por año, no es un elemento que las empresas e instituciones de gobierno deban ejecutar para conseguir empatía y sumar alcance; es necesario que cambiemos el chip y eduquemos generaciones más empáticas, respetuosas y solidarias entre humanos.




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