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Por salud, regular los cigarrillos electrónicos

En México, recientemente y a pesar de su prohibición, el uso de cigarrillos electrónicos o sistemas alternativos de consumo de tabaco se han popularizado, mayormente entre los jóvenes. La regulación de los productos distintos al cigarro ha sido un reto y una deuda con la protección a la salud de los mexicanos y no es para menos, la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 indicó que más de 938 mil adolescentes entre 12 y 17 años utilizaron al menos en una ocasión cigarros electrónicos y que 160 mil jóvenes los utilizan regularmente, además, se ha generalizado la idea de que son dispositivos de bajo riesgo y con capacidad para ayudar a eliminar el tabaquismo sin embargo no existe evidencia científica que asegure su funcionalidad para este propósito.


La manera en cómo funcionan estos dispositivos es calentando sustancias en estado líquido o sólido que liberan vapor y aunque el término "vapor" puede sonar inofensivo, el aerosol que sale de un cigarrillo electrónico no es vapor de agua, si no que puede contener además de nicotina, otras sustancias como propilenglicol y/o glicerina vegetal, compuestos orgánicos volátiles, productos químicos saborizantes, formaldehído, sustancias tóxicas que causan enfermedades pulmonares, enfermedades cardiovasculares, cáncer y daños al hígado, riñón y sistema nervioso.


En 2020, la Organización Mundial de la Salud emitió un comunicado para advertir a los gobiernos acerca de la peligrosidad de la utilización de cigarrillos electrónicos debido a que produce dependencia y porque su uso está asociado con enfermedades cardiacas y afectaciones pulmonares ya que pueden contener sustancias tóxicas y compuestos cancerígenos en niveles superiores a los presentes en los cigarrillos tradicionales representando un riesgo tanto para los usuarios como para las personas expuestas al vapor emitido.


Cada año en el mundo, 8 millones de personas fallecen por tabaquismo de las cuales 1.2 millones son personas no fumadoras expuestas al humo, mientras que en México provoca 43 mil muertes anuales, 8% del total de decesos.


La falta de una regulación efectiva para los cigarrillos electrónicos ha dado lugar a un creciente comercio ilegal pero que está a la vista de todos. Los cigarrillos electrónicos o vapeadores como también se les conoce, se consumen y venden como si fueran chicles, incluso existen máquinas expendedoras en calles transitadas, centros comerciales, estacionamientos y restaurantes, a esto debemos sumar su comercialización mediante páginas web y redes sociales, todo sin que exista algún tipo de control para evitar su venta a menores y su uso en lugares públicos y de trabajo cerrados.


Por lo anterior, he propuesto regular el uso de cigarrillos electrónicos y que éstos tengan el mismo tratamiento que el tabaco, es decir, prohibir su venta a menores, limitar su publicidad, restringir su consumo en espacios cerrados donde no fumadores se exponen a sustancias relacionadas al consumo del tabaco y algo muy importante, que es la advertencia de ingredientes y consecuencias de su consumo en el empaque, entre otros.


Es indispensable que México cuente con una legislación actualizada y moderna en la materia, acorde a los desafíos que enfrentamos ante la evolución de los dispositivos de consumo de tabaco y elimine los vacíos legales para evitar poner en riesgo la salud de los mexicanos, particularmente insisto, la salud de jóvenes y adolescentes.





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