El día de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó un decreto para la prohibición total de la distribución y comercialización de los productos alternativos de administración de nicotina, conocidos como vapeadores o cigarrillos electrónicos.
Esta medida se tomó a pesar de que en el Congreso de la Unión se han presentado más de 25 iniciativas para regular estos dispositivos. En estas, los legisladores han identificado que la mejor forma de resguardar la salud de los adultos, e incluso mejores que consumen estos productos es con información y con reglas claras. Además, la Suprema Corte de Justicia (SCJN) resolvió que la prohibición de importación y exportación de estos dispositivos, vulnera la libertad de comercio, lo cual resulta inconstitucional de acuerdo a la Jurisprudencia 3/2022 (11a.) aprobada por la misma SCJN.
Tenemos que abrir los ojos a la realidad, a pesar de que la prohibición de estos dispositivos está en vigor desde hace diez años, el mercado ilegal se ha disparado. El día de hoy en la conferencia matutina del presidente señaló que estiman que existen en México cerca de 5 millones de usuarios de sistemas alternativos de tabaco.
Prohibir no acabará con la comercialización de estos productos, la consecuencia más lamentable que ha dejado esta medida en el país es que cada vez es más sencillo encontrar a jóvenes menores de edad consumiendo este tipo de productos, principalmente adquiridos a través de los siguientes canales de comercialización:
a) Ventas a través de máquinas expendedoras que se encuentran en varias plazas y centros comerciales, sin vigilancia o control de venta.
b) Ventas en el comercio ambulante, fuera de cualquier restaurante, bar o en las calles,
vendidos en muchas ocasiones también por menores de edad.
c) Ventas al mayoreo, a través de contactos con grupos de venta que se publicitan a través de grupos en redes sociales, ofreciendo el producto a precios increíblemente bajos y que duran entre las 100 y las 2000 inhalaciones, por un precio de entre 70 y 300 pesos.
d) Influencers, existen contrataciones de influencers por parte de las marcas, que denotan a los jóvenes que el consumo de los productos suma para obtener o ser parte de un estilo de vida.
La falta de regulación de este tipo de productos deja a los consumidores adultos sin alternativas, los expone a productos sin regulación sanitaria, fomenta un mercado negro en el que florece la penetración acelerada e ilegal entre menores de edad.
Los productos alternativos al tabaco deben estar destinados exclusivamente a fumadores adultos o consumidores de productos con nicotina, se deben exigir reportes de ingredientes y emisiones, como ocurre con los cigarros tradicionales. Además, se debe prohibir el uso de sustancias no indicadas para vapeo.
Es claro que México debe avanzar hacia la regulación, pues es la forma más eficaz de proteger la salud de todos, otorgando a los usuarios adultos, mayor seguridad y control sanitario de los productos que consumen y limitando el acceso a los menores de edad.
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