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Nuestra América Verde

Actualizado: 7 sept 2020

La crisis sanitaria que nuestra sociedad enfrenta a consecuencia del coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) es sin duda una oportunidad para construir una economía que preserve la salud del planeta, replantear nuestros hábitos y sistemas de producción y de consumo, así como una ocasión irrepetible para reflexionar sobre las consecuencias que tiene la actividad humana en el origen de este tipo de enfermedades.


La pandemia ha también evidenciado la grave crisis social y económica que enfrenta nuestra región, marcada por profundas desigualdades, que se traducen en brechas tecnológicas y sociales que han afectado a los sectores más desfavorecidos y que sin duda dejará marcas en sus vidas. Ante este escenario, legisladores y actores sociales de siete países de Latinoamérica nos hemos sumado a un plan que conjunta una serie de respuestas y propuestas a los desafíos que se enfrenta nuestra región. Estamos convencidos que el tamaño del desafío al que nos enfrentamos, requiere de un esfuerzo contundente, colectivo y regional.


El proyecto Nuestra América Verde plantea una serie de medidas para pensar e implementar políticas públicas sustentables, que reactiven la economía permitiéndonos enfrentar de manera conjunta la emergencia climática, adoptar un paradigma de cooperación para transitar hacia un nuevo orden económico y social, y poniendo el foco en el bienestar de las personas, para construir sociedades sustentables e igualitarias.


El principal objetivo es mitigar el cambio climático y reducir las desigualdades sociales de la región Latinoamericana que han sido acrecentadas por la pandemia. Las propuestas de este plan giran entorno a tres principios:


  • El empoderamiento de comunidades locales,

  • La cooperación mediante una Unidad Latinoamericana, y

  • Justicia Ambiental como Justicia Social.


Nuestra América Verde es un llamado urgente para transformar América Latina, y consiste en 14 propuestas sobre mitigación, adaptación y financiamiento para el beneficio de las familias más pobres de la región, de las cuales destacan:


  • Liderar la transición a energías limpias y alcanzar una matriz energética 100% Energías Renovables no Convencionales, ERNC, al 2050. Establecer como estratégico el sector energético sustentable, acelerando el cierre de termoeléctricas, mientras se invierte en energías limpias.

  • Construcción de 25 millones de viviendas sostenibles. El déficit de vivienda ha sido una problemática constante de nuestra región y debemos reactivar la economía creando buenos empleos a través de la construcción masiva de viviendas sustentables

  • Reacondicionamiento en eficiencia energética y confort térmico de 40 millones de hogares.

  • Inversión en transporte público eléctrico gratuito y en movilidad no motorizada. Avanzar hacia un transporte público 100% a través de electro movilidad y que alcance la gratuidad en el mediano plazo.

  • Defensa del Agua y de Glaciares. Impulsar políticas colectivas de conservación de glaciares y establecer el agua como recurso estratégico para la supervivencia.

  • Renta Básica de Emergencia para las familias vulnerables durante la crisis. Las familias que han perdido sus empleos o medios de supervivencia son de las más afectadas por la actual crisis sanitaria y económica.

  • Capacitación y Renta Especial para una Transición Justa. Debemos facilitar el traspaso a nuevas fuentes de empleo para quienes han perdido su trabajo o están en sectores amenazados por la emergencia climática.

  • Creación del Banco Latinoamericano de Desarrollo Verde. Compuesto por países de América Latina, debe promover el desarrollo de polos económicos e industriales verdes en la región.


Desde el Senado de México acompañaré estas propuestas, la experiencia nos ha enseñado que las políticas de austeridad agravan las recesiones y que más que nunca requerimos de políticas públicas que ayuden a nuestra sociedad a superar la crisis económica, sanitaria y ecológica que azota no solo nuestra región, sino al planeta entero.


Para construir el México y el mundo del futuro es necesaria una economía diferente, en la que las las acciones económicas impulsen empleos y modelos de consumo sostenibles, donde se proteja y conserve vida silvestre y las áreas protegidas, donde se detenga la deforestación, la expansión agrícola y se incentiven planes sostenibles de inversiones en energía renovable, y una movilidad sustentable, centrada en las personas. Recordemos que un planeta sano es un planeta con menos enfermedades.


Pueden consultar más sobre este proyecto aquí:


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