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Por un mundo con vaquitas marinas

“Cada vez que voy en busca de vaquitas me preocupa que será la última vez que las vea o que ni siquiera podremos encontrarlas.”                                                                                                                    Barbara Taylor            



 

En México tenemos el privilegio de albergar una gran diversidad de mamíferos, de aves, de reptiles y de anfibios. Además, de 37 áreas silvestres que existen en el mundo, 3 están en nuestro país. Parte de esta riqueza se encuentra en el Golfo de California, conocido también como el “acuario del planeta” porque en este viven más de 800 especies de peces, 580 de aves marinas, y 35 mamíferos marinos. Uno de esos mamíferos marinos se encuentra hoy en grave peligro de extinción: la vaquita marina.

La vaquita marina tiene el rango geográfico más pequeño de todos los cetáceos. Solo se encuentran distribuidas en la zona alta del Golfo de California, en un área de 4,000 km2.  Considerando que los adultos alcanzan una longitud de alrededor de 1.5 m y un peso de 55 kg, la vaquita es el miembro más pequeño de la familia de las marsopas.

En 1997, el gobierno de México creó el Comité Internacional para la recuperación de la Vaquita, el CIRVA, con el objetivo de desarrollar un plan de recuperación de la especie. Por las últimas 2 décadas, CIRVA ha monitoreado y reportado la impactante y constante disminución de vaquitas en la zona. En 2012, la población de vaquita se había reducido a alrededor de 200 ejemplares. Entre 2011 y 2015, la población de vaquitas disminuyó en aproximadamente un 80% . Hoy, quedan menos de 30 vaquitas y la especie está al borde de la extinción.

La vaquita marina ha sido una víctima colateral del tráfico clandestino de otra especie habitante del Golfo de México: la totoaba. La totoaba es una especie marina que llega a alcanzar dos metros de longitud y un peso superior a los 100 kg,  La misma es capturada con fines de tráfico, posesión, transportación, acopio, introducción y extracción del país., Estas actividades clandestinas se realizan en las zonas marítimas de Baja California, Sonora, Estados Unidos de Norteamérica y algunos países asiáticos.

El buche de totoaba es utilizado en la gastronomía de China y Hong Kong, en virtud de que se le atribuyen propiedades afrodisíacas y curativas. Anteriormente, la extracción del buche llegó a cotizarse en casi 150 pesos el kilogramo. Sin embargo, en la actualidad existen datos que indican que el kilogramo del mismo puede alcanzar los 60,000 dólares en los mercados negros de China, valor que rebasa el kilogramo de cocaína.  

Como respuesta, durante la administración anterior, se  puso en marcha la Estrategia Integral de Recuperación de la Vaquita Marina. Dicha estrategia previó 4 componentes: la ampliación del polígono de protección; la compensación económica; la inspección y vigilancia; y nuevas artes de pesca.  A partir de entonces, se ha insistido en la necesidad de coordinar las capacidades de las dependencias de los tres órdenes de gobierno en acciones de inspección, vigilancia y se acordó la aplicación del Programa de Atención Integral al Alto Golfo de California con la participación de 8 dependencias federales. Los objetivos del programa son: a) Prevenir las actividades pesqueras ilícitas; b) Preservar el ecosistema marino y área natural protegida; c) Combatir el tráfico ilegal de especies en peligro de extinción; y, d) Prevenir la presencia de grupos de la delincuencia organizada.

¿Qué falta por hacer?Todavía falta mucho por hacer. Para que el Estado mexicano garantice la impartición de justicia y protección del derecho a un medio ambiente sano, se debe, además de continuar con los esfuerzos ya mencionados, brindar las herramientas necesarias a las y los operadores del Sistema de Justicia Penal. Es crucial que las legislaciones contemplen medidas cautelares, penas y sanciones acordes a la afectación y daño causado, el cual no puede ser calculado por simple cuantía monetaria, sino por daño irreparable al medio ambiente y al ecosistema del Golfo de California.

Por ello, resulta necesario incrementar la punibilidad los tipos penales relacionados con esta problemática y mejorar la procuración e impartición de justicia en materia de responsabilidad penal ambiental. Y es justo en ese sentido en el que en diciembre del año pasado presenté una iniciativa en el Senado. Ser un país megadiverso es motivo de orgullo para todas y todos los mexicanos, pero también debe ser un llamado a comprometernos con la preservación de los ecosistemas y la vida de todas las especies que los habitan. Por este compromiso, y por el imperativo que tenemos de defender al planeta, es nuestra responsabilidad seguir luchando por garantizar la supervivencia de la vaquita marina.

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